8.04.2010
La Riqueza Diluida
5.12.2009
REFLEXIONES POLITICAS (6)
La reforma 38 de la constitución de la República Dominicana (la que se lleva a cabo hoy en día) es una muestra fehaciente de nuestras debilidades sociales e institucionales. Aun no entendemos cuales deben ser preceptos constitucionales que deben o no ser incluidos en la Carta Magna. Y peor aun, no hemos comprendido que el cumplimiento de la Constitución de la República no viene dado por la simple escritura de palabras y la aprobación irrestricta de quienes están supuestos a representar la sociedad. ¿Se nos olvida que esa misma constitución es la que es violada día a día por los mismos dominicanos y dominicanas que pretenden reformarla? Además, me gustaría conocer aparte de la constitución, una de las leyes adjetivas existentes en R.D. que tenga un cumplimiento cabal. ¿La de electricidad? ¿la de educación? ¿la de salud? ¿la del defensor del pueblo? ¿cual? El problema del cumplimiento no esta en las leyes sino en los hombres y mujeres llamados a cumplirlas!
El cumplimiento de cualquier constitución viene dado por una serie de principios y valores que han de regir nuestras vidas. Principios y valores fundamentados en el sentido común mas básico: "Hacer las cosas de tal modo como me gustaría que los demás la hicieran". En estas palabras a mi entender radica el cumplimiento intrínseco e implícito de cualquier ley.
La reforma constitucional encierra en si misma un propósito que trasciende a los demás: activar el dispositivo de la reelección indefinida en periodos parciales. No creo que este sea un propósito apegado a los mejores intereses de la nación, y mas aun que quien encarniza dicho esfuerzo ha tenido la oportunidad de conducir la República Dominicana por los reales senderos del desarrollo y aun la voluntad no se encuentra con los deseos de la mayoría.
¡Es hora de que en la República Dominicana demos riendas sueltas al poder de la ley por encima de la ley del poder!
¡Es hora de reinventar el ejercicio de la política!
Es hora de dar el paso y formar una masa crítica de dominicanos y dominicanas que sean el detonante participativo para reinventar la República Dominicana e implementar un real ESTADO DE DERECHO.
5.09.2009
REFLEXIONES POLITICAS (5)
Cuando el 31 de enero de 1999 recibí el Premio Nacional de la Juventud, otorgado a diez jóvenes sobresalientes, entendí que esa premiación era un estímulo para que jóvenes con cierto talento se desarrollaran y contribuyeran con su país en el futuro. En ese grupo se encontraban Juana Arrendell, campeona panamericana de salto alto; Wanda Rijo, campeona panamericana de levantamiento de pesas, y Nuris Arias, campeona panamericana de voleibol femenino.
Otros éramos menos conocidos, pero en nuestras comunidades y áreas de acción teníamos un cierto reconocimiento.
Tal es el caso de Mitzi Santana, una joven valiosa de San José de Ocoa, locutora y trabajadora comunitaria. Años más tarde de la entrega del premio me encontré con ella, la misma joven sobresaliente, pero en esa ocasión necesitando ayuda para tratar asuntos críticos de salud, y desconcertada al ver cómo todas las puertas se cerraban a su paso.
¿Cuántos casos de jóvenes valiosos ha de registrar la historia parecidos al de Mitzi Santana? Miles. Pero, ¿dónde se encuentran las políticas de juventud para dar respuestas a casos como este? ¡Tenemos que construirlas!
Cada joven dominicano es una mina por explorar. Debemos abrirles los caminos para que se desarrollen y elijan la forma que crean pertinente para ayudar su país.
Así como los jóvenes necesitan oportunidades. También los niños que deambulan por las calles, los adultos mayores, las mujeres y los hombres desamparados por las políticas públicas orientadas a dar respuestas a sus necesidades como seres humanos.
A diario estamos sometidos a una tortura deshumanizada de la realidad dominicana. Los golpes, fruto de esa tortura, pretenden insensibilizarnos. Es una descarnizada forma de hacernos cómplices sociales ante nuestra impotencia y débil empoderamiento social. El oportunismo y la ley del poder, más que el poder de la ley, asumen el control de la sociedad.
La pobreza que nos arropa es desgarrante, real y palpable en zonas urbanas y rurales. Si bien es cierto que es una pobreza definida por la carencia de lo material para acceder a las necesidades básicas del ser humano, esta tiene un
alto componente subjetivo muy peligroso: la desesperanza resultante de las promesas insatisfechas, contribuyentes en la germinación de un amor por lo propio muy bajo.
Me preocupa el espectro político dominicano desde el punto de vista ideológico. La realidad nos indica que el ejercicio político se orienta cada vez más hacia el pragmatismo primitivo, alejándose bastante de las ideologías políticas progresistas y de vanguardia necesarias para la orientación y conducción del Estado.
Los partidos políticos nacionales son el reflejo más fehaciente del espectro social. Sabemos que en ellos existen hombres y mujeres muy valiosos, con la capacidad necesaria para sumarse al esfuerzo trascendental de conducir la República Dominicana por los postulados reales de la justicia social y el bienestar económico que tanto necesitamos.
5.08.2009
REFLEXIONES POLITICAS (4)
La ley de presupuestos y gasto público lamentablemente no responde a una lógica de satisfacer las necesidades y demandas de la población en general. La descentralización presupuestaria es fundamental para el desarrollo nacional.
Las prioridades del gasto público lucen extraviadas, o es que es más prioritario invertir en el sector transporte que en el sector educativo o el sector salud? Quién define las prioridades? Y en un caso muy concreto, cree usted que es más prioritario construir elevados y metros que invertir en el sistema de seguridad social de tal forma que podamos tener una cobertura general en salud que nos beneficie a todos y todas en cuanto a una mejoría cualitativa y cuantitativa de la salud en RD? Dónde está el desarrollo humano en las decisiones gubernamentales?
O qué ciudadanos son de mayor categoría (si es que la hay en la lógica de los políticos tradicionales) los que viven en Montecristi o Elías Piña o los del Distrito Nacional? O no será que la inversión pública está orientada a una lógica electoral clientelista o del relumbrón? Esos son de los elementos a tomar en cuenta para mejorar el uso de los recursos públicos en términos de inversiones. Y todo esto se desprende de la infuncionalidad en las oficinas públicas de los departamentos de planificación como resultado de la incomprensión o dejadez de los funcionarios públicos en identificar las necesidades y demandas reales para primero formular y luego ejecutar sus presupuestos.
Todos debemos saber que el presupuesto nacional se estructura a partir de las proyecciones de recaudaciones e ingresos diversos que han de producirse en la República Dominicana en un año determinado. Y un componente importante de dichas recaudaciones son los impuestos que de una u otra forma cada uno de nosotros paga al erario público.
Es decir, que cada ciudadano y ciudadana realiza un aporte en todo el gasto o inversión social que se realiza en el país. Más bien dicho de otra forma, el dinero que gastan los funcionarios públicos en cualquiera de las actividades propias de su dependencia, es un dinero que ha salido de nuestro bolsillo! Y cómo es eso? Es muy sencillo, cada vez que usted realiza la compra o pago de un producto o servicio, a dicho monto se le carga un impuesto (ITEBIS, etc.) que es recaudado por el Estado, ya sea de forma indirecta a través del establecimiento o negocio con el cual usted a interactuado que más tarde reporta dichos impuestos al Estado o por medio directo a través de cualquiera de las entidades recaudadoras del Estado cuando usted paga una placa, una licencia de arma, un permiso cualquiera, cuando saca un acta de nacimiento, matrimonio, etc. O cuando cada mes le deducen los impuestos sobre la renta de su salario mensual en el trabajo que día a día usted realiza para mantenerse usted y su familia.
En tanto, estos aportes que los dominicanas y dominicanos realizamos de manera directa como indirecta al Estado, son los que permiten que desde el Presidente de la República cobre su salario hasta el más humilde de los conserjes en cualquier dependencia pública. Al igual que cuando se construye un hospital, una escuela, un metro, un elevado, una vivienda para repartirla, se regalan fundas en navidad, y hasta los 100, 500 y 1,000 pesos que regalan los políticos en las campanas electorales es dinero que usted y yo aportamos.
Luego de esta reflexión sobre el manejo de los recursos públicos, hago una pregunta: Cuál es la diferencia entre el dinero que nos sacan de los bolsillos cuando nos roban o nos atracan y aquel que aportamos al Estado para nutrir al presupuesto nacional? La respuesta es simple, el primero lo manejamos nosotros y lo gastamos en lo que deseamos; y con el segundo hemos confiado en personas que elegimos cada cuatro años para que nos lo administren y nos lo devuelvan en inversiones de carácter social que nos beneficien a todos y todas. Entonces, nos afecta o no directamente el mal manejo de los recursos públicos?
Es buena o mala la corrupción Estatal?
Cuando nos asaltan en la calle o en la casa a cuantas personas afecta el delincuente? A UNAS POCAS.
Cuando se mal invierten o se produce corrupción en el Estado a cuantos nos afecta? : A TODOS Y TODAS.
5.07.2009
REFLEXIONES POLITICAS (3)
Renovemos las esperanzas que no todo está perdido! Es la primera idea que me asalta al escribir esta reflexión, y por ello escribo sobre la misma.
No es posible cambiar y transformar el estado de cosas en la Rep. Dominicana si los políticos tradicionales siguen ocupando los principales estamentos del Estado Dominicano y aquellos que sí pueden cambiar y transformar no se atreven a navegar en el mar de la política. Fíjense que quienes han dirigido el Poder Ejecutivo son políticos tradicionales, y así los principales funcionarios que el presidente nombra. Y es evidente que en la rama del ejecutivo son minoría quienes no son políticos tradicionales y ocupan posiciones de cierta preponderancia.
En el ala congresional todos son políticos tradicionales en ejercicio quienes han llegado a su curul en el barco del partidismo tradicional. Lo mismo sucede en el ala municipal y en el poder judicial estamos acostumbrados a ver como la justicia coquetea con la política, de tal forma que a veces las sentencias judiciales parecerían sentencias emanadas por políticos partidistas tradicionales.
Desde el punto de vista cualitativo los políticos tradicionales representan el poder real, pero cuantitativamente son una minoría, sustentada y promovida por una mayoría que los critica fuertemente, pero los elige y los sostiene: esos somos nosotros (el resto, quienes eligen, la mayoría). Esos mismos que la encuesta Lapop 2006 dice que somos más del 80% que no participamos en un partido político tradicional. Esos mismos que botamos por el menos malo, no dándonos cuenta que nosotros mismos pudiésemos sustituir a ese menos malo por el cual votamos.
Es necesaria la reinvención de la política dominicana por medio del resurgimiento de una nueva clase política compuesta por ciudadanos y ciudadanas que aspiren al bienestar nacional colectivo por encima de su egoísmo e individualidades. Creo que es posible lograrlo!!
En República Dominicana no podemos seguir esperando al "Godot de Beckett" que nunca llega, no sabiendo que esos que estamos esperando para que resuelvan los problemas nacionales somos nosotros mismos.
Aspiro a un proceso paulatino de cohesión que fortalezca el capital social acumulado en las comunidades y las diversas agrupaciones sociales. De manera tal que sustituyamos la visión de los políticos tradicionales de un Estado centralizador y fuerte hacia uno de redes sociales incluyente, participativo y generador de cambios.
5.05.2009
REFLEXIONES POLITICAS (2)
Nuestros políticos juegan un juego extremo y peligroso para el futuro de la sociedad dominicana. Un juego donde sin quererlo nos hacemos cómplices y validamos inconscientemente sus acciones otorgándoles una licencia eterna para fallar.
A pesar de esa realidad:
Creo que es posible construir un proyecto de nación que coloque al ser humano en su centro y le brinde oportunidades, estabilidad económica y garantías de un estado de derecho.
Creo que aunque vivimos en una sociedad donde existen grados de desigualdad asombrosos, ningún dominicano ni dominicana quiere que sus hijos y nietos vivan la misma realidad.
Creo que es posible llevar nuestro país a altos niveles de desarrollo humano, si ejecutamos políticas públicas orientadas al bienestar de la mayoría.
Creo que es posible avanzar como nación, sin avasallar, ni burlarse de la miseria e ignorancia de muchos dominicanos y dominicanas.
Creo en una vía alterna que nos aglutine a todos en una misma dirección.
Creo que podemos vencer la desesperanza que nos comienza a arropar y entre todos construir una República Dominicana cuyos cimientos sean el ideario de los fundadores de nuestra nacionalidad, y estén en sintonía con aspectos económicos del mercado, la solidaridad y valores morales.