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Al escribir estas líneas no he de negar una gran preocupación por lo que nos estamos convirtiendo en la sociedad dominicana. El respeto hacia las personas y las instituciones se comienza a perder y toma un camino sin retorno. La lógica hacia lo colectivo y el razonamiento político apegado a los mejores intereses nacionales se han marchado del país.
Nuestros políticos juegan un juego extremo y peligroso para el futuro de la sociedad dominicana. Un juego donde sin quererlo nos hacemos cómplices y validamos inconscientemente sus acciones otorgándoles una licencia eterna para fallar.
A pesar de esa realidad:
Creo que es posible construir un proyecto de nación que coloque al ser humano en su centro y le brinde oportunidades, estabilidad económica y garantías de un estado de derecho.
Creo que aunque vivimos en una sociedad donde existen grados de desigualdad asombrosos, ningún dominicano ni dominicana quiere que sus hijos y nietos vivan la misma realidad.
Creo que es posible llevar nuestro país a altos niveles de desarrollo humano, si ejecutamos políticas públicas orientadas al bienestar de la mayoría.
Creo que es posible avanzar como nación, sin avasallar, ni burlarse de la miseria e ignorancia de muchos dominicanos y dominicanas.
Creo en una vía alterna que nos aglutine a todos en una misma dirección.
Creo que podemos vencer la desesperanza que nos comienza a arropar y entre todos construir una República Dominicana cuyos cimientos sean el ideario de los fundadores de nuestra nacionalidad, y estén en sintonía con aspectos económicos del mercado, la solidaridad y valores morales.
1 comment:
Me causa mucha indignación la realidad que estamos viviendo en nuestro país. La política está siendo mal utilizada por un grupito de déspotas que solo persiguen intereses personales. Ahora viene el circo de las congresuales y ya se perciben algunos buitres rodeándonos como presas. Me gusta tu blog.
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